Un ingrediente secreto y, al mismo tiempo, a la vista: el diseño de un restaurante
Ciudad de México, 26 de enero de 2021.- Desde hace algunos años, ha adquirido matices la idea de volver a un restaurante solo por los sabores que ofrece. El menú y la cocina son esenciales para cualquier establecimiento de este tipo; y eso difícilmente cambiará. Sin embargo, el comensal contemporáneo siempre busca que lo lleven un poco más allá de sus platillos y bebidas favoritas; hoy, busca experiencias que se impriman fácilmente en la memoria.
Actualmente, la planeación y desarrollo de un proyecto restaurantero toma alrededor de uno o dos años si se tiene experiencia en el rubro. Además de los estudios previos relacionados a la viabilidad del restaurante, la elección de una cocina, el diseño del menú, la ubicación de un sitio estratégico, existe un factor determinante que vincula a cada uno de estos aspectos y los hace un todo: el diseño interior. Si este falla, probablemente los otros elementos también se verán afectados, por lo que hay que ponerle especial atención.
El diseño de un restaurante no se limita a elegir el tipo de mesas, sillas y mobiliario en general que le dará funcionalidad. Es importante crear un ambiente que hable por sí mismo y que pueda representar el concepto del proyecto de manera simple pero también atractiva. Es decir, que exista un equilibrio entre las funciones que le asignamos a cada pieza y lugar, y la estética de nuestro concepto. La mejor forma de ilustrar esta idea es, como siempre, con algunos ejemplos:
Entrada
El lobby o entrada es la carta de presentación. Cualquier defecto o inconsistencia ahí, hará pensar al visitante que otras áreas del restaurante comparten estos mismos vicios. Por ello, estos primeros metros cuadrados son el lienzo más importante a la hora de diseñar un concepto para el proyecto. ANIMAL Masaryk, el más reciente restaurante de COSTEÑO GROUP®, por ejemplo, mandó a diseñar un elevador especial –el lugar se encuentra en un primer piso– con la artista mexicana de renombre internacional, Karla Mayrl.
Esta pieza difícilmente pasa desapercibida. El exterior es el de un elevador convencional: puertas pesadas de metal, un pequeño botón a un lado, todo en un marco de mármol que no despierta mayores provocaciones. Suena el discreto timbre que avisa que el elevador está en planta baja. Se abren las puertas y encontramos una cosa distinta a la esperada: sonidos salvajes –diseñados de igual forma por un artista sonoro– y una oscuridad con pinceladas de luz neón que evocan la flora de un sitio lejos de la ciudad, replicadas al infinito por un juego de espejos que hace pensar que hay algo más allá de las cuatro paredes. Unos segundos después, llegamos a ANIMAL.
Paredes, mesas, sillas y demás parafernalia
Habiendo atravesado la entrada del restaurante, hemos obtenido un poco de la confianza del futuro comensal. Es algo habitual ver que un visitante entre a un lugar, haga una inspección rápida con la mirada y simplemente decida partir. Para evitar esto, es necesario estimular su curiosidad, no revelar todo al inicio, ir compartiendo poco a poco cada sorpresa para que siga explorando por su cuenta.
ANIMAL lo hace de manera peculiar: al salir del elevador, una discreta recepción espera para asignarnos una mesa. Detrás, puede distinguirse un poco la barra japonesa en el centro del restaurante. Las plantas dominan cada rincón del lugar, impregnando con ese color verde cada elemento que se muestra conforme avanzamos a nuestro espacio. Las sillas, taburetes y el resto del mobiliario fueron diseñados exclusivamente. El dorado, los negros brillantes, los azules aterciopelados y demás tonalidades extravagantes, en conjunto, crean una pintura exhuberante y atrayente que remite inmediatamente al concepto del lugar. El comensal se pregunta lo siguiente: ¿si así es la apariencia de las cosas que lo rodean, cómo se verán los platillos que le servirán? Además, en las paredes hay diversos cuadros y piezas artísticas que invitan de igual forma a la curiosidad y la exploración.
Cocinas
Hoy, la gente quiere saber de dónde viene lo que consume, quién lo hace y de qué forma. Esto se ha resuelto a través de las cocinas abiertas, fenómeno que ha existido desde hace decenas de años en culturas como la japonesa. Por ello ANIMAL optó por ubicar una barra japonesa al centro del restaurante, desnudando la preparación de cada platillo y creando así una suerte de espectáculo gastronómico en el que los comensales también participan. Sin embargo, este restaurante ofrece otro tipo de opciones con un estilo totalmente diferente.
Al fondo, grandes llamaradas pueden verse a través de un ventanal de varios metros de largo. Dentro, se encuentran diversos chefs y cocineros que se dedican a preparar cocina al fuego y las brasas, deliciosos cortes, tacos y todas las opciones que forman parte de este estilo culinario del norte de México. Su apariencia parte de una combinación entre lo rudimentario y lo elegante, para crear la imagen de un lugar en el que se prepara una comida de carácter que ofrece un sabor delicado.
En resumen, el buen diseño de un restaurante tiene el objetivo principal de estimular todos los sentidos antes de llegar al gusto. Cuando logramos que la vista, el olfato y el oído estén en armonía, nuestro paladar estará listo para vivir experiencias gastronómicas inolvidables, como las que se viven a diario en ANIMAL.
El horario de servicio de ANIMAL es de las 13:00 a las 18:00 horas para dine in y de 13:00 a 22:00 horas cuenta con servicio a domicilio y take out.
No dejes de visitar ANIMAL en Calderon de la Barca 108, esq. Masaryk, Polanco.
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Yahel Peláez
Fernando Esquivel
Luis Morales